De
esa cantera literaria sin fin que es la ciudad de Barcelona surgió esta
primavera (aunque con dos años de trabajo previo) Editorial Siberia. Pese a haber elegido un nombre que evoca frío,
soledad y represión, el contenido de sus libros pretende ser más bien lo
contrario: volúmenes cálidos, cuidados y con el amor como uno de los hilos
conductores.
“Siberia es inquietante por su belleza y por los enigmas que la conforman. Muchos han escrito sobre ella pero pocos la conocen. Nos sentimos atraídos hacia muchas cosas que no logramos comprender o desentrañar. Así nace la editorial con la que pretendemos compartir todo aquello que nos atrae de la literatura. La voluntad de Siberia es que su naturaleza se desvele a medida que se descubran sus libros.”
Con
la coruñesa Iria Rebolo a los
mandos, este nuevo sello pretende
hacerse un hueco entre los amantes de los libros bien hechos (sí, esos locos que todavía olemos los libros), por
lo que se van a cuidar todos los aspectos de la edición: tapa dura, papel de
gran calidad, buenas traducciones y una cuidada selección de títulos. Los
antecedentes en el oficio de Iria son toda una garantía para lograr esta meta,
ya que tras su paso por la emblemática agencia literaria de Carmen Balcells, ha
trabajado como editora en los sellos Ático de los libros y El Olivo Azul.
Siberia
planea publicar unos 10 o 12 libros al
año, en tiradas de 2.000 ejemplares, lo que para una editorial
independiente representa todo un reto. Los dos primeros, el epistolario Cartas de amor, de Dylan Thomas, y la
novela Hacer el amor, de
Jean-Philippe Toussaint, vieron la luz en marzo. Les siguió en mayo el volumen Lista de desaparecidos, de Andrés Barba,
y ahora en septiembre aparece el ensayo de Pierre Bourgeade Elogio del fetichismo. Y en lista de
espera, autores tan variopintos como Sophie Calle, Ishmael Reed o Bruce Bégout.
Así
pues, tanto por la calidad como por lo variado de sus apuestas, una editorial a seguir con atención en los
próximos meses; o expresado en palabras de su editora: “un cálido soplo de esperanza en estos días fríos, casi siberianos.”
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