jueves, 28 de mayo de 2015

Mordiscos literarios / 6




«Igual que ahora vengo a verla a usted, señorita, antes me gustaba frecuentar a aquellas bellezas de allí, junto a la iglesia; no es que yo estuviera tan entregado a la sacristía, es que al lado de la casa del cura había una tienda, donde un tal Altmann vendía máquinas de coser de segunda mano, además de gramófonos americanos de doble cuerda y extintores de marca Minimax; y el tal Altmann, como segunda ocupación, proporcionaba chicas guapas a todos los bares y tabernas de la provincia, y frecuentemente aquellas señoritas se alojaban en un cuartito de la trastienda o, si era verano, las damiselas levantaban una tienda de campaña en el jardín, y al señor cura le gustaba pasear junto a la cerca, ya que aquellas guapetonas ponían la gramola, cantaban, fumaban y tomaban el sol en traje de baño… aquello era una delicia, era como estar en el cielo, en el paraíso, por ello al señor cura le complacía tanto andar junto a la cerca, para pasar revista, porque había tenido mala suerte con sus capellanes: uno se le había escapado con su prima a Canadá, otro se pasó a la Iglesia de los Hermanos Checos y Eslovacos para poder casarse, y el último se saltó la prohibición y la cerca; visitando a aquellas preciosidades que tomaban el sol en traje de baño, se enamoró de una de ellas y acabó pegándose un tiro a causa del amor no correspondido… un revólver o una Browning siempre acaban por causar daño […]».

Clases de baile para mayores. Bohumil Hrabal (1964)

3 comentarios:

  1. Hola! Ha sido genial, tengo que leerlo.
    Tienes nueva seguidora, te sigo como Ana Fernandez, te invito a pasar por el mío ;)
    Besos, nos leemos

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  2. ¡Hola, Ana!

    Gracias por tu comentario y por seguir el blog.

    La verdad es que el libro de Hrabal es muy recomendable, ya que mantiene un humor ácido en el que reparte estopa fina hacia todos los ámbitos. El texto que he incluido es el inicio de la novela, y aunque en la segunda mitad decae un poco, vale la pena llegar al final, donde se descubre quién es en realidad el narrador y quién su interlocutora. Un final nada previsible.

    Eso sí, ármate de valor porque Hrabal ¡no incluyó ningún punto y aparte en esta obra!

    Me voy a dar una vuelta por tu blog ya mismo...

    Un abrazo y nos leemos.

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  3. ¡Hola!

    Me he creado un blog hace poquito ¡y me haría mucha ilusión que te pasaras! Tengo una entrada en la que hablo sobre dónde encontrar libros baratos por si te gustaría leerla.

    Un abrazo enorme,

    Utah ♡

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