Que
una novela extranjera aparezca editada en español con traducciones diferentes
no tiene nada de particular, sobre todo si está escrita por un autor de
prestigio y la fecha de publicación del original se remonta a varias décadas
atrás. Ahora bien, si esa novela aparece
editada en el mismo país por dos sellos independientes diferentes casi en el
mismo mes, eso ya es una carambola excepcional.
Y
como para muestra, un botón, eso es justamente lo que acaba de suceder en
España con la primera novela del norteamericano John Dos Passos: One man´s
initiation: 1917, publicada en 1920. Se trata de un relato autobiográfico
sobre sus vivencias como conductor de ambulancias en el frente franco-alemán
durante la Primera Guerra
Mundial. Como este 2014 se cumple el centenario de la
Gran Guerra, las editoriales Gallo Nero y Errata Naturae pensaron poner su granito de arena en la nutrida
representación de libros sobre el acontecimiento –que ya inundan las
librerías–. ¡El problema es que, por desgracia, las dos pensaron en el mismo título!
Mientras
que la primera ha optado por reeditar la traducción que apareció publicada en
1971 por Salvat, la segunda le ha dado un lavado de cara con una nueva versión.
Para ser lo más ecuánime posible y que podáis comparar de forma objetiva, os dejo a continuación las notas de
prensa de cada editorial junto a un fragmento del Capítulo I de cada versión.
¡A disfrutarlo, que esto no se ve todos los días!
Iniciación de un hombre: 1917, John Dos Passos
Traducción de Camila Batlles
Fecha de publicación: 29 de enero de 2014
Gallo Nero, 2014, 152 páginas, 16 €
Iniciación
de un hombre: 1917 es el
exordio literario de John Dos Passos. Publicado en 1920, cayó en el olvido
hasta la consagración del escritor estadounidense, casi veinte años más tarde.
Dos
Passos escribe este relato autobiográfico sobre la masacre y la destrucción de
la guerra de trincheras, experiencia vivida como conductor de ambulancias en el
frente franco-alemán hacia donde se alistó como voluntario en 1917.
Iniciación
de un hombre: 1917 es un
impresionante mosaico de crudas instantáneas de guerra. Un libro que funde la
narración biográfica y de formación con la crónica de los convulsos años de la Gran Guerra.
En la
obra resuena vívido y dramático el relato del desencanto y de la desilusión de
aquella generación entregada a la barbarie de la guerra. Personas que solo
encontraron la salvación en la fe en el hombre y la compasión.
«En el enorme cobertizo del muelle, atestado de cestos y maletas e interceptado por pasamanos que conducen hasta los buques que hay a ambos costados, una banda de música está interpretando una chillona melodía hawaiana; las gentes danzan por entre las pilas de cajas y baúles. Hay gran abundancia de uniformes color caqui y numerosos jóvenes están agrupados riendo y charlando en voces exaltadas por la emoción. A la luz pardusca del muelle, repleto de hileras de cajas amarillas, barriles y sacos, invadido por el barullo de las grúas, entre las que serpentea la alegre y trivial tonada hawaiana, se ve gran profusión de vestidos alegres, sombreros femeninos de brillante colorido y pañuelos blancos.El eco retumbante del silbido del buque ahoga todos los demás sonidos.Cuando este se apaga, el alboroto de las despedidas se eleva agudamente. Los pañuelos blancos se agitan a la luz pardusca del cobertizo. Los cabos rechinan en las poleas mientras se izan los pasamanos.De nuevo en el embarcadero se produce un revuelo de pañuelos blancos, vítores y trajes alegres. Sobre la construcción del muelle se despliega una bandera triunfante contra el firmamento celeste de la tarde.Los edificios de Nueva York, amarillo rosáceos y púrpura amarillentos, se elevan en una pirámide sobre manchas oscuras de humo flotando encima del agua, que se une a tierra por medio de las negruzcas curvas de los puentes.De vez en cuando llega una ráfaga salada del mar en la fresca brisa del puerto.Martin Howe está de pie en la popa que se mece con el vibrante impulso de la hélice.Un chico que se encuentra junto a él se vuelve y le pregunta con voz temblorosa:—¿Es tu primera travesía?—Sí... ¿También la tuya?—Sí... jamás me vino la idea de que a los diecinueve años estaría atravesando el Atlántico para ir a una guerra en Francia.El muchacho se detuvo bruscamente y se sonrojó; luego, tragando saliva, añadió:—Debe de ser la hora del almuerzo.¡Dios ampare al káiser Bill!El vie-e-ejo Tío Samtiene la caballería,tiene la infantería,tiene la artillería;¡Y así, voto a Dios, iremos todos a Alemania!¡Dios ampare al káiser Bill!»
La iniciación de un hombre: 1917, John Dos Passos
Traducción de Elena Sánchez Zwickel
Fecha de publicación: 10 de febrero de 2014
Errata Naturae, 2014, 168 páginas, 12,50 €
Cien años después del comienzo de la Primera Guerra
Mundial, recuperamos para los lectores en español la primera novela de John Dos
Passos, basada en su experiencia como conductor de ambulancias en el frente
francés.
Martin Howe, un joven estadounidense, se ofrece
voluntario en el servicio médico durante la Primera Guerra
Mundial. Zarpa el barco en el que viaja a Francia y el ambiente a su alrededor
es festivo: hay música y risas, se habla entre carcajadas de las mujeres
francesas y de la vieja Europa… Pero muy pronto, tras esas notas de expectación
y alegría, Martin vivirá su aprendizaje del miedo y los desastres de la guerra.
En esta imprescindible novela, en medio de heridos y
muertos, hay espacio también para la camaradería, para el deseo de cambio y
transformación de la sociedad, para el encuentro solidario, más allá del mundo
de las trincheras inhóspitas, entre soldados y civiles. Dos Passos consigue
reproducir un mundo hecho de cascotes y cristales rotos, fragmentario y
apocalíptico, a través de secuencias y de viñetas, de escenas y pulsiones que
se superponen siguiendo una técnica de montaje que más tarde lo haría famoso
con Manhattan Transfer, y que
logra dar cuenta de un modo ejemplar de la brutal realidad de una guerra.
Muy pronto se dará cuenta el lector de que el
interés de esta novela es tan literario como histórico: ficción y documento se
prestan sus mejores herramientas para narrar la verdad general y las verdades
particulares. El autor, con un tono que pasa del lirismo a la polémica continuamente,
lleva a cabo una condena de la guerra que se encuentra entre las más intensas
jamás escritas, alineándose con otras obras maestras como El filo de la navaja, de Somerset
Maugham, o Adiós a las armas,
de Ernest Hemingway.
«En el enorme cobertizo del muelle, atestado de cestos y maletas, dividido por pasarelas de madera que conducen hasta los buques que hay a ambos lados, una banda de música interpreta una chillona melodía hawaiana; la gente baila entre las pilas de cajas y baúles. Diseminados entre el gentío se ven uniformes color caqui, y numerosos jóvenes ríen y charlan en grupo con voces exaltadas por la emoción. A la luz pardusca del muelle, repleto de hileras de cajas amarillas, barriles y sacos, invadido por el barullo de las grúas, entre las que serpentea la sencilla melodía hawaiana, hay una gran profusión de vestidos alegres, sombreros femeninos de brillante colorido y pañuelos blancos.La estruendosa reverberación de la sirena del buque ahoga cualquier otro sonido.Cuando se acaba, el alboroto de las despedidas se eleva, chillón. Los pañuelos blancos se agitan a la luz pardusca del cobertizo. Las amarras rechinan en las poleas cuando se izan las pasarelas.En el embarcadero, nuevo revoloteo de pañuelos blancos, vítores y trajes alegres. En el edificio del muelle se despliega exultante una bandera contra el azul del cielo de la tarde.Amarillo-rosáceos y púrpura-amarillentos, los edificios de Nueva York se aglutinan formando una pirámide que se eleva por encima de oscuras manchas de humo que flotan en el agua, unida a tierra por medio de las negruzcas curvas de los puentes.Con la fresca brisa del puerto de vez en cuando llega una ráfaga salada del mar.Martin Howe está de pie en la popa, que tiembla con el vibrante impulso de la hélice. Un chico que se encuentra junto a él se gira y le pregunta con voz trémula:—¿Es tu primera travesía a Europa?—Sí… ¿También la tuya?—Sí… Jamás se me ocurrió pensar que a los diecinueve años estaría cruzando el Atlántico para ir a una guerra en Francia. —El muchacho se detiene bruscamente y se sonroja; luego, tragando saliva, añade—: Debe de ser la hora del almuerzo.¡Dios ampare al káiser Bill!El vie-e-ejo Tío Samtiene la caballería,tiene la infantería,tiene la artillería;¡Y así, voto a Dios, iremos todos a Alemania!¡Dios ampare al káiser Bill!»
Lo malo es que hablando de que hay dos ediciones perdemos el tiempo. El de leer quizás una de las mejores novelas sobre la Primera Guerra Mundial que tendremos ocasión de leer gracias a este centenario que ha dado lugar a carambolas así.
ResponderEliminarOs recomiendo, cómo no, la reseña de lanovelaantihistorica.wordpress.com sobre ella para que veáis porque hay que darle prioridad sobre, por ejemplo, "El teniente Sturm".
De nada y que os sea de utilidad.
Gracias, Carlos, por tu comentario y tu aportación sobre este tema. Ya tenemos las librerías inundadas de ensayos más o menos sesudos y de reediciones de novelas sobre la Gran Guerra, muchas de ellas escritas por testigos de primera mano.
ResponderEliminarLo malo, como siempre, es que hay muchas cosas buenas que leer (Joseph Roth, Hemingway, Remarque o Zweig, entre otros) y poco tiempo...
Un saludo.